Los orígenes de la Mediación Escolar, y algunos otros sistemas de prácticas restaurativas para resolver conflictos en los centros educativos, se remontan a la década de los años sesenta del siglo pasado.
En este post quiero acercaros a una de esas iniciativas y metodologías que fueron pioneras en este campo y que formularon, y desarrollaron a nivel práctico, los psicólogos David W. Johnson y Roger T. Johnson con su programa “Teaching Students to be Peacemakers”, que podríamos traducirlo como programa para enseñar a los alumnos a ser pacificadores, mediadores o negociadores.
Su objetivo era enseñar a todos los estudiantes, de cada escuela donde se incorporase el programa, a convertirse de manera progresiva en especialistas en resolución pacífica de conflictos. El programa se implantaba en todos los niveles educativos y el alumno pasaba por todas las fases de éste durante su vida escolar, aumentando su nivel de formación y experiencia a medida que pasaban los años de escolarización.
Fases del programa de alumnos pacificadores
Los autores explican que se trata de un programa en “espiral” que dura doce años, en cada uno de los cuales los estudiantes van aprendiendo técnicas de negociación y mediación cada vez más complejas. Estas fases serían las siguientes:
- Crear un contexto de cooperación en el centro educativo.
- Enseñar a los estudiantes a analizar los conflictos desde una visión positiva.
- Formar a los alumnos en técnicas de negociación.
- Desarrollar un sistema de Mediación Escolar.
- Extender el programa de mediación a todas las aulas.
- Mantener un sistema de formación y capacitación continua a lo largo del curso escolar.
Crear un contexto de cooperación en el centro educativo
Si el contexto de la escuela es competitivo y basado en el rendimiento individual los conflictos que aparezcan serán más difíciles de resolver, ya que bajo esa perspectiva la tendencia de las personas es conseguir lo que uno quiere aunque el conflicto no se solucione, alejándose de cualquier estrategia de colaboración y centrándose en un modelo de resolución de ganar/perder.
En un contexto competitivo en el que los estudiantes rivalizan entre si por recompensas individuales, carece de sentido enseñarles a gestionar conflictos de manera constructiva, ya que solo buscan vencer a los demás en el corto plazo.
El primer paso para el programa de resolución de conflictos de Johnson y Johnson sería conseguir incorporar a toda la comunidad educativa al proyecto, de manera que, al estilo de las comunidades de aprendizaje, todos y todas puedan aportar al proyecto y ser partícipes del mismo.
También se necesita de un cambio metodológico a nivel del trabajo docente en las aulas para incluir metodologías colaborativas y de cooperación en la mayoría de las situaciones de aprendizaje. Esto va transformando a los alumnos que deben pasar mucho tiempo trabajando con otros compañeros para conseguir objetivos de aprendizaje de manera conjunta y no individual.
Enseñar a los estudiantes a analizar los conflictos desde una visión positiva
Una vez conseguido ese contexto más cooperativo y menos competitivo ya podríamos enseñar a los estudiantes a analizar conflictos. Los autores plantean que en las escuelas se podrían utilizar dos caminos para la formación de los pacificadores.
La mayoría de los centros optan por formar un grupo de alumnos y alumnas que hagan la función de mediadores en toda la escuela, mientras que otros eligen extender el programa a todos los estudiantes o a toda la Comunidad Educativa. En cualquiera de los dos supuestos Johnson y Johnson definen con claridad que el primer elemento de capacitación de los estudiantes debe estar centrado en modificar la visión que estos tienen de los conflictos como algo negativo, destructivo, que genera ira, violencia, dolor o tristeza.
Desde la perspectiva de que los conflictos son inevitables y que su ausencia incluso sería un indicativo de situaciones disfuncionales, los estudiantes tiene que aprender a valorar sus elementos positivos, que según los autores son:
- Hacen que la atención se centre en un problema a resolver.
- Permiten aclarar nuestra opinión, nuestros valores, etc.
- Revelan una necesidad de cambio.
- Ayudan a comprender mejor a la otra persona.
- Fortalecen las relaciones aumentando la confianza de las partes.
- Eliminan tensiones en las relaciones con los demás.
- Liberan emociones.
- Permiten aclarar nuestros intereses, necesidades, deseos y valores.
- Agregan diversión, placer, excitación y variedad a la vida aportando nuevas metas, nuevas acciones y nuevos intereses.
Aquello que determina que un conflicto sea constructivo o destructivo son los procedimientos utilizados para resolverlo. (David W. Johnson y Roger T. Johnson)
Formar a los alumnos en técnicas de negociación
La negociación es un proceso en el que dos partes en disputa tratan de llegar a una solución cuando tienen tantos intereses comunes como opuestos y quieren llegar a un acuerdo. Hay dos tipos de negociación según los autores:
- La distributiva o “ganar-perder”, donde la concesión de uno es el beneficio del otro. Se utiliza para obtener acuerdos si no es necesario mantener la relación y para resolver un problema puntual en el presente.
- La integradora o “ganar-ganar”, en la que las partes colaboran para un acuerdo que beneficie a ambos. Se utiliza cuando es necesario mantener la relación y la situación tiene un presente y tendrá un futuro.
Johnson y Johnson definen esta segunda fórmula integradora para la resolución de conflictos en los centros escolares y nos apuntan seis pasos para realizarla:
- Describir lo que se desea y se necesita.
- Expresar los sentimientos que produce el conflicto.
- Contar las razones que producen esas necesidades y sentimientos.
- Comprender al otro.
- Plantear tres opciones de resolución.
- Analizar las alternativas y seleccionar una solución para el acuerdo final.
Para resolver constructivamente un conflicto las partes implicadas deben comprender y aplicar los mismos procedimientos. Cuando dos personas tienen una disputa y utilizan procedimientos distintos para resolverla, se produce el caos. (David W. Johnson y Roger T. Johnson)
Desarrollar un sistema de Mediación Escolar
Cuando los estudiantes no logran negociar entre ellos con las habilidades que han aprendido en el programa de alumnos pacificadores, pueden recurrir al sistema de mediación. Será una tercera persona, o dos, neutrales y formadas, quienes les ayuden a negociar un acuerdo integrador.
El mediador intenta ayudar a ambas partes a pasar por todas las fases de la negociación para llegar a un acuerdo equitativo, justo y viable.
El modelo de Mediación Escolar de Johnson y Johnson consta de cuatro fases:
- Detener el conflicto y ofrecer la mediación a las personas que rellenan un formulario explicando su visión de lo que ha pasado.
- Las partes se comprometen a realizar la mediación y el mediador les explica el proceso y las normas de la mediación.
- Se realiza la mediación conjunta en la que le mediador intenta ayudar a las partes en los siguientes aspectos del proceso:
- Definir el problema y analizar el conflicto.
- Expresar las posturas personales centrándose en el problema y ayudando a replantear posiciones hacia intereses y necesidades.
- Poner a cada uno en la posición del otro.
- Plantear al menos tres opciones de posible solución estimulando el pensamiento creativo de las partes.
- Analizar las posibles soluciones y lograr un acuerdo razonable propuesto y aceptado por las partes.
- Evaluar el acuerdo pasado un tiempo.
Extender el programa de mediación a todas las aulas
Una vez que hemos creado el contexto cooperativo adecuado, hemos formado a los alumnos en habilidades de negociación y tenemos funcionando un sistema de Mediación Escolar, Johnson y Johnson plantean que es el momento de ampliar el aprendizaje de todas estas habilidades al día a día del trabajo en las aulas.
El profesor elige, cada día, a dos alumnos de la clase para que sean los mediadores en los conflictos que se produzcan durante la jornada escolar. Todos los conflictos que los estudiantes no puedan resolver por sí mismos se derivan a los mediadores.
Mantener un sistema de formación y capacitación continua a lo largo del curso escolar
Aprender a negociar o a mediar para resolver conflictos de forma constructiva requiere años de práctica y formación. El entrenamiento inicial de los mediadores escolares no es suficiente para crear mediadores altamente competentes y se necesita mantener ese proceso formativo a lo largo del curso escolar.
Los autores plantean que una forma ideal de lograr esta formación permanente es incorporar la resolución de conflictos al trabajo curricular de todas las materias. Por ejemplo, en Lengua y literatura utilizar partes de una obra literaria donde se describe un conflicto, para intentar buscar soluciones o reformular las soluciones que se describen, cuando son desde una perspectiva no integradora.
En conclusión, el modelo que plantearon David W. Johnson y Roger T. Johnson, hace más de sesenta años en su programa “Teaching Students to be Peacemakers”, tenía muchos elementos de lo que hoy hemos incorporado en los centros educativos en relación con los programas de resolución de conflictos y lo que denominamos convivencia escolar.
Nuestros modelos actuales están adaptados a la realidad y a los conflictos de hoy en día, pero la base sigue siendo la misma y las relaciones que se establecen entre las personas en los centros escolares es muy similar. Aunque hoy tenemos nuevos modos digitales de relación, que antes no existían y que nos están obligando a formarnos más profundamente que antes. Para ello os aconsejo nuestro curso online de Mediación Escolar.