Hay muchas personas que me preguntan sobre esta cuestión cuando están pensando en iniciar un proyecto de mediación en un centro educativo, o bien ya lo han iniciado y se encuentran en el momento de comenzar la formación y la selección de un primer grupo de mediadores y mediadoras.
Sin duda es una de las cuestiones que más nos preocupan en los inicios de un proyecto, ya que deseamos tener éxito desde el primer momento y queremos contar sobre todo con estudiantes que tengas las características que hacen a los buenos mediadores, en los que poder confiar para que la mediación funcione bien desde el inicio.
La selección de los adultos, si optamos por un modelo de todos los sectores de la Comunidad Escolar como el que nosotros proponemos, nos preocupa menos porque, sin duda, realizarán menos procesos mediadores y la base siempre serán los estudiantes.
En este post voy a resumiros las características y cualidades que plantean cuatro de los mejores expertos en este campo y, al final, intentaré proponeros algunas cuestiones propias al respecto a modo de resumen o conclusión.
El perfil del mediador escolar según Carme Boqué Torremorell
Nuestra amiga y profesora, del curso online de Mediación Escolar de Escuela de Mediación, ya hace tiempo nos cedió este capítulo de su libro “La Mediación va a la Escuela” para publicarlo en nuestra web.
En un post anterior que podéis releer, ella nos definía y explicaba con toda claridad las cualidades y competencias de la persona mediadora:
- Disponibilidad para ayudar a los demás.
- Capacidad para concentrarse en el proceso poniendo atención a lo importante y no dejarse influenciar por lo que dice cada una de las personas.
- Mostrar empatía sin tomar parte y demostrar ser neutral o como dice Carme Boqué, ser “multiparcial”, mostrándose a favor de todo el mundo por igual.
- Independencia en cuanto a no estar involucrado directa o indirectamente en el conflicto o tener relaciones con las partes que puedan afectar al resultado de la mediación. Esto mejorará la confianza y la credibilidad de los mediadores.
- Es necesario ser valiente pero también mostrar serenidad y sobre todo eficiencia a la hora de llevar el proceso, demostrando control sobre sus fases y momentos.
- Discreción y confidencialidad sobre todo lo tratado.
- Tener formación que le permita ver los conflictos con optimismo y como una oportunidad de mejora y crecimiento personal, actitud que debe ser capaz de transmitir a las personas haciendo que sean conscientes de su propia capacidad de resolver positivamente el conflicto.
- Saber escuchar de manera activa utilizando bien todas las técnicas de lenguaje corporal, del uso de la voz, de dominio del lenguaje, de asertividad, de empatía, etc., hacia una comunicación positiva que aclare y ordene, parafraseando y resumiendo lo que las personas dicen, sobre todo al principio, para evitar entrar en confrontaciones y que la comunicación se deteriore más.
- Tener una actitud conciliadora ante los planteamientos de cada persona, pero también intentar ser justo y no acordar soluciones claramente injustas con una de las partes.
- Es necesario ser creativos y a la vez prácticos en la fase de análisis de posibles soluciones.
- La paciencia cuando el caso no avanza o no se ven soluciones, la vuelta atrás en el proceso para reiniciar algunas partes o detener la mediación y aplazarla quedando a disposición de las personas, puede ser clave en la solución final.
- Los mediadores van cediendo el protagonismo a las partes durante el proceso para fortalecerlas y que estas sean capaces de encontrar sus soluciones. Desde un planteamiento personal de humildad y sin necesidad de reconocimiento.
Actitudes y conocimientos que debe poseer un mediador según Eduard Vinyamata
Este experto conflictólogo internacional nos refiere en su libro “Aprender Mediación”, reseñado en nuestra sección de libros, una serie de actitudes y capacidades que debería poseer un buen mediador:
- Capacidad de escucha, paciencia.
- Capacidad de síntesis y potenciación de las soluciones que aporten las partes en conflicto.
- Imparcialidad, a pesar de las ofensas que unos y otros se hayan dirigido.
- Optimismo, capacidad de desarrollo del sentido del humor.
- Habilidad para transmitir serenidad.
- Sencillez en la expresión al exponer lo que es y lo que pretende la mediación para que pueda ser comprendido con facilidad.
- Sensibilidad ante las emociones de las personas y, al mismo tiempo, capacidad para no dejarse influir por las expresiones del conflicto y los intentos de las partes de que se ponga de su lado en contra de la otra.
- Confidencialidad.
- Ética. Con frecuencia este concepto se presenta de manera excesivamente teórica. Conviene poseer la capacidad de proporcionar actitudes éticas desde una visión pragmática.
- Tener conocimientos de conflictología.
Aptitudes y características de un buen mediador escolar según Lucía Gorbeña Etxebarría
La Directora del centro GEUZ para la transformación de conflictos de la Universidad del País Vasco en España, en el libro “Gestión positiva de conflictos y mediación en contextos educativos”, nos dice que para ser un buen mediador escolar es conveniente tener una serie de aptitudes o características:
- Potencial de liderazgo, ya sea positivo o negativo.
- Ser respetado/a por sus compañeros/as e inspirar confianza.
- Tener el deseo de ayudar a otros/as alumnos/as.
- Tener facilidad de palabra.
- Ser paciente y mantener la calma.
- Tener sentido del humor.
- Tener iniciativa.
- Estar dispuesto a comprometerse con el programa de mediación durante un curso escolar completo.
Lucía Gorbeña también destaca un elemento importante que debe caracterizar al grupo de mediadores escolares a nivel de equipo, y es la necesidad de que esté integrado por estudiantes que representen la diversidad de la población escolar del centro educativo (edad, género, cultura, nacionalidad, etc.).
Características del mediador según Sara Rozenblum de Horowitz
La prestigiosa autora argentina relata en su libro “Mediación: Convivencia y resolución de conflictos en la comunidad”, diversas características del mediador según el tipo de intervención que deba hacer, refiriéndose más a las mediaciones a nivel comunitario.
De estos elementos quiero destacar un párrafo que me parece adecuado y muy interesante para nuestro enfoque sobre las cualidades de un buen mediador escolar:
“El mediador es un catalizador que tiene conocimientos y propone el diálogo constructivo; a veces guía las partes, a veces impide la escalada de conflictos y a veces ayuda a las partes a superar un estancamiento del conflicto. El mediador no puede ser frívolo o inepto al hacer su tarea. El poder descansa en las partes; el mediador debe desempeñar su tarea de modo consciente y constructivo para llevar a las partes a acordar términos aceptables de acuerdo”.
Las cinco cualidades iniciales que debemos buscar en nuestros mediadores escolares
Como podéis ver Carme Boqué y Lucía Gorbeña nos hablan de mediadores escolares, mientras que Eduart Vinyamata y Sara Rozenblum se refieren a características más generales de un buen mediador en cualquier ámbito.
He querido hacer esta combinación, a propósito, para poder comparar ambas visiones con el fin de intentar concluir, más resumidamente, una serie de características que nos ayuden en los centros educativos a la hora de buscar y definir a los miembros de un equipo de mediación escolar.
Partiendo de la idea que defendemos en nuestro proyecto de que cualquier estudiante puede ser un buen mediador, y que el equipo de mediación debe ser diverso y no crear sesgos, es algo incontestable que para llegar a ser buen mediador es necesario formarse, y es ahí donde nosotros podemos orientar ese desarrollo formativo o capacitación de los mediadores cuando sabemos qué cualidades y características son importantes a la hora de realizar bien los proceso de mediación escolar.
Disponibilidad para ayudar y comprometerse.
Cuando convocamos una formación o capacitación para mediadores en un centro escolar lo primero que ya se exige al estudiante es un compromiso para ayudar en la mejora y también en la gestión de los conflictos y de la convivencia escolar.
Es un compromiso que debe quedar claro desde el principio cuando promocionamos este proceso formativo.
En este sentido ayuda mucho que la resolución de los conflictos por mediación escolar esté presente en las normas de la escuela y se definan las funciones y atribuciones de los mediadores, así como el alcance normativo de los acuerdos en relación al régimen sancionador.
Compromiso para formarse y adquirir conocimientos.
La necesidad de realizar varias sesiones de trabajo en horario extraescolar, para formase inicialmente y luego de manera continua, es un nivel de exigencia que no todos los estudiantes están dispuestos a realizar.
Es habitual que después de algunas sesiones vayan quedando los alumnos que realmente quieren comprometerse con el proyecto y llegar hasta el final.
Podríamos decir que se produce una selección natural dentro del grupo que se está capacitando.
Iniciativa y valentía.
Sin duda un vez que hemos realizado un proceso de promoción para conseguir estudiantes que quieran ser mediadores, aquellos que se hayan apuntado, debemos presuponerles al menos la iniciativa y el valor de querer realizar esta labor tan compleja en cualquier centro educativo.
Discreción y confidencialidad.
Es sin duda uno de los elementos que desde el primer momento debemos inculcarle a nuestro grupo de futuros mediadores y mediadoras.
Sin estas dos características nuestro proyecto no funcionará y eso deben saberlo y grabárselo desde el primer momento. Más que una característica personal será un compromiso personal inicial.
No buscar un reconocimiento personal.
Esta última característica entronca mucho con las anteriores y podríamos unirla a ellas, ya que la discreción y la confidencialidad no existirán si el mediador busca un reconocimiento personal y por eso es necesario que también sea parte del compromiso inicial del estudiante.
Todo lo demás son habilidades y técnicas que podemos enseñar a nuestros estudiantes con la formación y que no debemos obsesionarnos con buscarlas desde el inicio en los futuros mediadores.
Cada uno desarrollará más unas u otras cualidades, habilidades o técnicas, pero todos los que adquieran el compromiso, tengan la iniciativa y el valor, sean capaces de ser discretos y confidenciales sin buscar reconocimiento personal en una labor altamente altruista de ayuda a los demás, pueden ser grandes mediadores escolares.
Bibliografía:
Boqué, M.C. (2018). La Mediación va a la escuela. Hacia un buen plan de convivencia en el centro, Madrid, Narcea.
Sánchez Garcia, M.L. (coord.) (2013). Gestión positiva de conflictos y mediación en contextos educativos. Madrid. Reus.
Rozenblum, s. (2007). Mediación. Convivencia y resolución de conflictos en la comunidad. Barcelona. Graó.
Vinyamata, E. (2003). Aprender mediación, Barcelona, Paidós.