Continúo en este post con los cinco elementos que faltaban de los que considero esenciales en el trabajo de Mediación Escolar con adolescentes.
En la primera parte hablamos de que la mediación, siempre que se pueda, deberá ser entre iguales.
También expliqué cómo la persona que coordina al Equipo de Mediación, que será normalmente un adulto experto, tiene que hacer un trabajo previo y posterior con los mediadores para analizar el caso y planificar el proceso mediador.
En tercer lugar, vimos cómo la implementación de un sistema de mediación desarrolla en los adolescentes implicados, un nivel de responsabilidad que muy pocas otras acciones educativas consiguen.
También analizamos el fomento de la participación educativa como uno de los beneficios de la Mediación Escolar, cuando implicamos a todos los sectores de la Comunidad Educativa en la creación y gestión del sistema.
Por último, hablamos del proceso formativo de los adolescentes para ser mediadores en cuanto a la metodología de trabajo a emplear, y en cuanto a los contenidos, os encaminé a un post sobre actividades para formar mediadores en centros educativos, que trataba el tema en profundidad.
Continuemos entonces con las cinco claves que nos quedan para completar este artículo dedicado a las diez claves de la mediación escolar con adolescentes.
Reuniones periódicas de trabajo y formación
Mantener el sistema de mediación depende también de que las personas que forman parte del equipo mediador tengan momentos de trabajo conjunto, que las prepare y les motive para su labor mediadora y de resolución de conflictos.
En adolescentes este proceso es del todo fundamental, ya que mediar en un conflicto no es nada fácil y plantea dudas y miedos a los estudiantes.
Estos temores serán mucho menores cuanto más apoyados se vean y, sobre todo, si ellos y ellas perciben que son parte de un equipo y que no están solos ante el reto que les plantea mediar en un conflicto.
Estas reuniones serán dirigidas por la persona experta que coordine el sistema y tendrán partes formativas, de recuerdo del funcionamiento del sistema dentro del propio centro escolar, de las fases de la mediación y sobre todo del estudio de casos que han sucedido y cual ha sido su proceso de gestión.
También podremos trabajar con la dramatización de mediaciones sobre casos reales, incorporando modificaciones durante la representación para ver diferentes posibilidades de resolución.
Y también quiero hacer aquí una defensa de la utilización de nuevas metodologías educativas y medios TIC en este tipo de trabajo de formación continua.
Por ejemplo, en vez de trabajar sólo análisis o representación sobre casos que han sucedido, podemos diseñar, por grupos, un caso de conflicto en el centro que finaliza en una mediación.
Hacemos un sencillo guión, repartimos los papeles y grabamos las diferentes escenas con los teléfonos móviles. Para facilitar el trabajo, cada grupo graba el conflicto completo, pero sólo una de las fases de la mediación.
Editamos el vídeo con todos los conflictos y una fase de la mediación de cada uno, y hacemos un visionado para la reflexión y el análisis.
Puedo decir que la vivencia que se produce en los estudiantes en este tipo de formaciones es muy superior a cualquier otra, ya que hacen suyos los conceptos, las técnicas e interiorizan todo el proceso de la Mediación Escolar.
Os dejo en este link a un trabajo de este tipo que hice hace unos cuantos años, espero que sea clarificador.
Sistema de Mediación Escolar basado en la inclusión
Existe un cierto debate en cuanto al perfil del alumnado que debe formar parte de un sistema de Mediación Escolar.
Creo que la palabra perfil no es la más adecuada en este caso y deberíamos hablar más sobre características y competencias de la persona mediadora, como bien nos habla la profesora Carme Boqué, una de nuestras expertas en el curso online de Escuela de Mediación.
Cuando hablo de inclusión en la Mediación Escolar quiero referirme a que una de las bases del sistema debe ser la posibilidad de que cualquier persona que quiera pueda formarse como mediador o mediadora. Esto puede parecer que podría saturar el sistema, pero no suele ocurrir así, sobre todo en los primeros años de funcionamiento.
En los centros educativos podemos caer en la tentación de hacer una selección rápida de estudiantes para ser mediadores, utilizando a esos alumnos y alumnas que siempre están dispuestos a colaborar, que hacen diferentes proyectos en el centro, que ayudan en casi todo y que no suelen dar problemas de convivencia y que sabemos que va a aceptar.
Este es el camino más fácil sin duda, pero no el más eficaz para incorporar la mediación, que permanezca en el tiempo y que nos ayude a resolver conflictos y mejorar la convivencia.
Si excluimos a otro tipo de alumnado, que nos da más problemas, que es menos colaborador, que no está tan motivado por ayudar en el centro, que no es bueno académicamente, estaremos cometiendo un error de partida.
Un buen sistema de Mediación escolar debe fomentar la inclusión desde el primer momento creando equipos de mediadores lo más diversos posibles, ya que los conflictos serán diversos y necesitaremos personas diferentes, para poder abordar todo tipo de problemas.
Esta inclusión también se manifiesta en los que ya comenté en la primera parte de este post, la participación de todos los sectores de la Comunidad Educativa en la formación del Equipo de Mediación.
Mi experiencia en estos años me dice que los estudiantes una vez formados en mediación, ellos mismos se van autoseleccionado para formar parte del grupo de mediadores y normalmente siempre quedan, para ser parte del Equipo de Mediación, los más motivados y los más competentes.
El resto habrá recibido una formación extra en una serie de habilidades sociales y de comunicación que el currículo oficial no suele trabajar, y que será importante para que el centro escolar cuente con el mayor número de personas formadas en resolución pacífica de conflictos, aunque no vayan a realizar labores de mediación.
Marketing del sistema de Mediación Escolar
Vivimos en el mundo de la imagen y la tecnología y en este entorno digital aquello que no se ve no existe. Los medios con los que hoy contamos para poder promocionar y dar visibilidad a nuestro sistema de Mediación Escolar son extraordinarios, pero también requieren de personas formadas en su funcionamiento para utilizarlos correctamente.
Puede parecer que con estos medios será más fácil llegar a toda la Comunidad Educativa, pero a veces el exceso de información que nos llega, el ruido digital, bloquea nuestras mejores intenciones.
El diseño de una estrategia de marketing para dar a conocer, informar y promocionar el sistema de mediación entre toda la Comunidad Escolar, será unas de las prioridades que debemos establecer en las primeras fases.
Una vez el sistema esté funcionando mantendremos acciones de promoción y publicidad tanto en el propio centro escolar, carteles, pegatinas, charlas, etc., como en las Redes Sociales y en otros medios digitales donde haremos visible cada una de las actuaciones que realicemos: nuevo cartel del Equipo de Mediación, formación conjunta con otros centros, excursión de mediación, vistas a otros centros para compartir experiencias entre mediadores, etc. Todo debe ser conocido por toda la Comunidad Educativa, la mediación debe convertirse en parte de la identidad y de la vida del centro, debe ser algo “normal” en nuestro colegio o instituto.
Evaluación del sistema de Mediación Escolar y de la Convivencia
Como cualquier otra estrategia educativa que desarrollemos en el entorno escolar, debemos diseñar procesos de evaluación que nos permitan conocer el impacto que nuestro proyecto de Mediación Escolar está teniendo en los diferentes sectores de la Comunidad Educativa y en los niveles de convivencia y conflictividad.
Debemos establecer una serie de indicadores que nos definan el éxito o el fracaso del modelo puesto en funcionamiento. Citaré algunos ejemplos generales, tanto cuantitativos como cualitativos, pero deberemos adaptarlos a cada realidad y contexto escolar para definir, estos u otros, con mayor eficacia:
- Número de mediaciones realizadas
- Tipología de los casos mediados
- Idoneidad de los tiempos y espacios utilizados para la mediación
- Variación en el número de expulsiones del centro
- Mediaciones con acuerdo y casos sin resolver
- Composición del Equipo de Mediación: número de personas de cada sector educativo
- Tiempo de funcionamiento del sistema
- Recursos del sistema de Mediación Escolar: espacios, fondos para actividades y material, etc.
- Número de noticias, informaciones, etc, sobre el sistema aparecidas en diferentes medios. Nivel de incidencia.
- Conflictos mediados en cada parte del curso escolar: trimestre, semestre, etc
- Opinión de los mediadores y mediadoras
- Opinión y grado de conocimiento del claustro de profesorado, del alumnado, de las familias y del personal no docente mediante encuestas sencillas online.
Podríamos definir muchos más, pero debemos intentar evaluar nuestra situación y realidad en cada centro educativo, evaluando aquello que nos interesa en cada momento, y no intentar abarcar demasiados datos que quizás luego no tengamos capacidad para valorar en su totalidad.
Flexibilidad y adaptación del sistema de Mediación Escolar a las nuevas realidades
Que duda cabe que el mundo educativo está cambiando a una gran velocidad con la digitalización de muchos procesos de comunicación y también de enseñanza y aprendizaje.
Las nuevas realidades sociales y educacionales plantean nuevas tipologías de conflictos entre personas, que hasta hace pocos años no existían.
Hemos pasado de las peleas, los insultos y la violencia física a violencias muchos menos visibles y que generan conflicto que se extienden a la velocidad de la luz.
Nuestro sistema de mediación y la formación de nuestros mediadores debe adaptarse a estos nuevos conflictos y quizás también deberemos adaptar los tiempos de actuación y las actuaciones en sí, ya que el impacto sobre la Comunidad Educativa de un conflicto en Redes Sociales o cualquier otro sistema digital similar, es inmediato y alarmante.
Se están poniendo en marcha sistemas de alumnado cibermediador o cibervoluntario para poder actuar de manera rápida cuando se detecta un caso de este tipo que genera una importante alarma social, sobre todos entre los padres y las madres que no son nativos digitales.
Los estudiantes son los mejores para tratar y gestionar este tipo de conflictos, ya que ellos y ellas los ven con otra perspectiva, porque son parte de su mundo y de su forma de relación social.
Es complicado estar preparados para cada una de las aplicaciones o medios digitales que se van haciendo habituales con el paso del tiempo, unos aparecen y otros desaparecen, y esto nos cambia el medio en el que se genera el conflicto y también cambia al conflicto y la forma de gestionarlo. Debemos tener sistemas flexibles y de rápida adaptación a esta nuevas realizadas y sin duda los que mejor se adaptarán serán los jóvenes.
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