Este nuevo post se fundamenta en la realidad, en la experiencia y en el aprendizaje que surge de la video-conversación por Skype con un maestro de un centro educativo de Educación Primaria en España, alumno de nuestro curso online de Mediación Escolar.
Un maestro con muchas ganas y motivación, pero también con muchas dudas acerca de cómo incorporar la Mediación Escolar en su centro y si es necesario hacerlo, o por el contrario es suficiente seguir trabajando con algunas estrategias de resolución pacífica de conflictos que ya ha puesto en funcionamiento en su escuela.
Un colegio con alumnado de especial dificultad, por la zona marginal en la que vive, en donde la resolución de los múltiples conflictos diarios se apoyaba, principalmente, en un sistema punitivo sancionador basado en las expulsiones del centro escolar.
Las nuevas estrategias de Manu
Nuestro maestro, al que desde ahora llamaré Manu, ha llegado a su colegio hace un par de años y se ha sorprendido de la cantidad de conflictos que se producen entre los niños y niñas en este nuevo centro.
Ya sabía de su especial dificultad, pero no esperaba que todos los días surgiesen varios conflictos importantes entre iguales, sobre todo en el tiempo del recreo en el patio.
Con mucho esfuerzo, poco apoyo, pero también poca oposición, consigue incorporar a la vida diaria del colegio dos estrategias de resolución dialogada de conflictos a las que denomina “Patrulla de la Paz” y “Parlamento”, con el objetivo y la finalidad principal de mejorar la convivencia en el patio.
La Patrulla de la paz
Se basa en tener niños y niñas en el periodo del recreo que se dedican a intervenir en los conflictos entre otros compañeros y ayudar a solucionarlos o al menos pararlos para que no escalen.
Estos estudiantes han sido convencidos por Manu para hacer esta labor y él mismo se ha encargado de darles una pequeña formación en periodos de recreo.
El Parlamento
Es algo más complejo y requiere de más colaboración ya que intervienen alumnos y profesores.
Se utiliza en aquellos conflictos que alcanzan un nivel en el que se tiene que aplicar una sanción, a una o varias personas y es utilizado de manera individual con cada estudiante.
Se trata de reunir al alumno con otros dos alumnos de los que forman la “Patrulla de la Paz”, más su tutor o tutora, otro profesor y Manu como coordinador del proceso.
Se reúnen todos y hablan del comportamiento del estudiante conflictivo, le hacen reflexionar, expresar sus sentimientos, etc., hasta que se acuerdan algunos compromisos para el futuro que son evaluados periódicamente cada quince días.
No es un proceso voluntario, es solicitado por los tutores y no está demasiado estructurado, pero ha servido para solucionar 13 de los 14 conflictos que se llevaron a “Parlamento”.
No obstante, esta estrategia no paraliza una sanción, sino que se sigue aplicando.
Procesos de mediación informal
Las duda de Manu era si esto que estaba haciendo podía ser considerado como Mediación Escolar. ¿Es suficiente tener estas estrategias para conseguir la fuerza de la Mediación Escolar y que se cree una “cultura de mediación”?
Según Carme Boqué este concepto “significa mantener una visión amplia de los procesos mediadores que, frecuentemente, han sido reducidos a una simple técnica de gestión y resolución de conflictos”.
Sin duda las acciones que ha generado Manu en su centro están dentro de lo que se denomina “mediación informal”.
Procesos con una mínima estructura y adaptados al contexto y a la situación en la que se desarrollan.
Este tipo de metodologías de mediación nos proporcionan una mayor autonomía que los métodos de mediación formal mucho más estructurados y rígidos.
Pero también, y es donde le insistí a Manu, para generar cambios profundos en la cultura, en la vida y en el clima escolar de un centro educativo, creo que es fundamental, por encima de estas u otras técnicas más informales, la existencia de un sistema institucionalizado de Mediación Escolar.
Su fuerza de cambio y su “legalidad” son imprescindibles para ir creando esa nueva realidad cultural, en la que los sistemas de diálogo sean de uso preferente sobre los sistemas más punitivos.
En este punto, estaremos más cerca del concepto “cultura de mediación”, donde ya no tendrá tanta importancia la técnica de gestión que utilicemos, sino que la normalidad será resolver los conflictos de esta manera.
¿Por qué la Mediación Escolar?
Al igual que Manu, en muchos otros centros de primaria maestros y maestras ponen en funcionamiento técnicas y estrategias de resolución dialogada de conflictos, que consiguen resultados sorprendentes en el día a día, pero que a largo plazo no se convierten en agentes de cambio de la propia cultura del centro o de los fundamentos reales de su Proyecto Educativo.
Muchas veces depende sólo de una persona, que cree en este tipo de técnicas como parte de la educación de sus estudiantes, o de un grupo de docentes ilusionado en un proyecto anual para mejorar la convivencia, pero cuando ellos y ellas faltan, todo lo conseguido se viene abajo, porque no se marcaron como meta la institucionalización de su proyecto.
Por supuesto que conseguir esto no es nada fácil, aunque el viento sople a tu favor. Es un proceso largo y de mucho esfuerzo y que debe de tener un objetivo claro y concreto para que sea comprensible por todos los sectores de la Comunidad Escolar.
Es aquí donde entra la Mediación Escolar como “El Sistema”.
La Mediación Escolar no sólo es la estrategia de convivencia escolar más “poderosa” que yo he visto para generar esos cambios, sino que además te aporta toda la fundamentación teórica, práctica, y legislativa en muchos casos, que necesitas para institucionalizar e incorporar a la cultura del centro educativo la resolución pacífica de conflictos.
Además, tiene otra característica muy importante y es que no te limita la utilización de otras técnicas o estrategias, sino más bien todo lo contrario, te genera la base perfecta para poder desarrollar otros procedimientos de resolución dialogada de conflictos, más informales o con otras estructuras diferentes, como las que ya tiene Manu creadas en su colegio.
Conseguir apoyos y crear el equipo de convivencia de profesorado
Los problemas de convivencia en los centros escolares afectan al conjunto de las personas que en él conviven cada día. Nadie puede ignorarlos, nadie puede sentirse o creerse al margen de la gestión de la convivencia.
Teniendo como base esta premisa, la institucionalización final de un proyecto de Mediación Escolar necesitará del compromiso de una gran parte de la Comunidad Educativa, tanto en un centro de primaria como cualquier otro, pero los primeros pasos no implicarán apoyos de tanto calado.
Sin duda el primer elemento que tenemos que intentar conseguir para ese objetivo final es la creación de un “Equipo” de maestros y maestras que, como expresa perfectamente Pedro Uruñuela, “asuma el proyecto como propio, que plantee objetivos realistas y adaptados a las características del centro y que, de manera abierta, trabaje por ir incorporando al resto de compañeros sabiendo que no en todos ellos va a darse el mismo nivel de compromiso en el proyecto. El objetivo es llegar a todo el profesorado del centro, pero hay que ser realista y comenzar con aquellos compañeros y compañeras más dispuestos al trabajo”.
En el caso de nuestro compañero Manu, ya tiene un grupo pequeño de maestros que están con él en la idea del proyecto y también tiene un apoyo explícito de la nueva dirección del centro, sin duda los dos elementos más necesarios en el inicio.
También tiene varias estrategias informales que está utilizando con cierto éxito y que pueden ayudar a la hora de avalar el proyecto.
Sin embargo, uno de los elementos que yo echaba en falta en su inicio era la distribución de las responsabilidades y de las tareas.
La motivación, las ganas y la ilusión a veces nos llevan a querer asumir todos los elementos de un proyecto, quizás por nuestra gran capacidad de trabajo o por la falta de iniciativa que podemos percibir en los demás.
Este es uno de los problemas que he visto con mayor frecuencia y que si no se corrige en las primeras fases, será un lastre para el futuro y en muchos casos puede ser el detonante de la desaparición de un sistema, que ha costado mucho tiempo y esfuerzo institucionalizar.
Últimos apuntes
Para finalizar me gustaría comentaros que debemos huir de “modas” respecto a las estrategias de gestión pacífica y positiva de la convivencia en los centros escolares. La Mediación Escolar es una más, quizás la mas potente, pero existen muchas otras como las que Manu ha generado en su centro.
Intentar crear un sistema institucionalizado de Mediación Escolar en un centro no debe estar fundamentado nunca en hacer lo que está de moda en ese momento, ya que la convivencia no es una moda o una cosa puntual, sino que es algo permanente y constante, y constituye la base de la formación como ciudadanos y personas de los jóvenes de nuestra sociedad.
Referencias Bibliográficas: Podéis encontrarlas en la sección de libros.
Boqué, M.C. (2003): Cultura de mediación y cambio social, Barcelona, GEDISA.
Uruñuela, P. (2016): Trabajar la convivencia en los centros educativos. Una mirada al bosque de la convivencia, Madrid, NARCEA.
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